SAN AGUSTÍN Y LA FILOSOFÍA: LÓGICA, ÉTICA Y FÍSICA


SAN AGUSTÍN Y LA FILOSOFÍA: LÓGICA, ÉTICA Y FÍSICA[1]
Haciendo una síntesis general del texto asignado, del autor: Gonzalo Soto Posada, sobre la patrística  y los Padres de la Iglesia, tomando como referente el primer libro “El Contra Académicos,” se puede decir que su forma de pensar está abarcado en su propia biografía, una inmutable búsqueda del conocimiento, la verdad y especialmente la felicidad, todo esto hace que le dé un horizonte claro y coherente a su propia vida. Esto  para decir que es conveniente conocer la verdad. Lo que  se puede traer a colación de su pensamiento, es la insistente meta; deseaba la sabiduría, que atañe la verdad y la Felicidad. El zumo Bien En el contra académico indaga fuertemente la verdad, porque esta es pertenencia de los seres humanos, es universal y para todos.

Siguiendo la lectura, cabe resaltar el tema sobre la felicidad y la virtud donde se constituye como ejes fundamentales, especialmente la discusión ética contra los académicos. San Agustín va colocando de manera ordenada y clara su refutación, para expresar que el escepticismo ético es un riesgo para la vida del hombre, Él afirma que la felicidad no está en los bienes mortales: es decir, todas aquellas ilusiones con la que el hombre vive y cree que con ellas puede ser feliz: la búsqueda del placer desenfrenado, honores, poder, riquezas, estatus social, fama…Resulta que todas estas obsesiones que aparentemente son un deleite para la vida  termina siendo algo efímero, frágil y pasajero. Desde esta perspectiva, la verdadera sabiduría es el inicio de un camino recto de la vida del hombre que mezcla la virtud y la verdad como fundamento principal en la realización del ser humano.

Los académicos siguen lo verosímil dejando a un lado la verdad, lo verosímil parece concernir más al concepto que a la vida. "Se trata del destino de la vida, de las costumbres, de nuestra alma, la cual confía vencer la dificultad de todos los sofismas" La vida del hombre está alienada al sofisma del lenguaje y quizás toda la imagen que se tiene del mundo sea un sofisma. En la película de San Agustín muestra claramente en su papel  como abogado, la facilidad de la retórica, el poder del convencimiento para defender  al acusado, él cumple con su deber, pero todo esto lo cuestiona, y asimila que sus palabras se han convertido en solo sofismas y no está la verdad que tanto busca.

Como conclusión se podría decir que este hombre es un claro  ejemplo  y un referente para tantas personas de nuestro tiempo que buscan  también incansablemente la verdad, pero por caminos erróneos. Al igual que el Santo Doctor, de pronto repudian a la Iglesia católica o las Escrituras, pero fue por este camino por el cual san Agustín encontró a Dios y la suma verdad que tanto deseaba. Él fue un perseverante buscador de la verdad. En su corazón Sentía una sed extraordinaria de ella y de la felicidad. Escudriñaba la plenitud, Él no era de los hombres que se conformaban con lo mínimo,  buscaba a Dios sin darse cuenta y, sólo cuando lo halló, descansó y pudo decir en las Confesiones: “Nos hiciste, Señor, para Ti y nuestro corazón está insatisfecho hasta que descanse en Ti.”


[1] SOTO POSADA, Gonzalo. Filosofía medieval. Ed. Universidad Pedagógica Nacional y San Pablo. 2007. Primera parte, pp. 324-336.

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