DIONISIO AREOPAGITA


DIONISIO AREOPAGITA[1]
Haciendo un análisis minucioso  del texto asignado, del autor: Gonzalo Soto Posada, de la segunda parte de su obra, donde menciona particularmente  algunos Padres de la Iglesia, siendo el sistema de Dionisio una síntesis y una integración del neoplatonismo, esta lectura se enfoca  hacia una crítica de la razón mística. En primer lugar se hará énfasis en  sus teologías catafática o positiva y apofática negativa donde nos conlleva a ese retorno a Dios teniendo en cuenta la Triada  que existe filosóficamente teológica: Ser en Dios, conocer a Dios y retornar en Dios desde el Platonismo, ocupándose del ser, conocer y del obrar. Todo este ideal está centrado  en su corpus Dyonisianum un agregado de sus obras, pero esta parte se centraliza especialmente en los Nombres Divinos y la teología mística.

Siguiendo la reflexión coherente del texto, se ve como Dionisio infiere en otras formas de contemplación y sigue con una fuerte reflexión al apofatismo, un procedimiento que va más allá de lo catafático o del conocimiento real, El apofatismo conlleva ascender más allá de la conciencia particularmente humana. La filosofía, habiendo llegado a su límite, inicia un proceso de ausencia para que el sujeto llegue al reino de la práctica en general. La realidad final  repercute todo lo que puede ser afirmado y aun lo que puede ser negado. Seguidamente la Teología catafática, se caracteriza por su  intención de conocer a Dios mediante la razón y el contacto con la realidad.​ La creación, concebida como una obra de Dios. Esta aproximación  constituye la naturaleza de la realidad e indica cómo llegar al conocimiento de ese universo en un proceso de seguir  y retornar.[2]

Por otra parte toda esta aproximación de Dios, el Mundo y el Hombre,  involucra literalmente la armonía, amistad, comunión y esa unión íntima como enamoramiento total y pleno al Hacedor. Se puede evidenciar más específicamente en sus obras; Los nombres Divinos y la Teología Mística. Según lo entendido el Autor se centra la capacidad que el ser humano tiene para la comprensión del ser de Dios, más que en los nombres divinos atribuidos a Dios hasta su momento histórico. Dios es el Bien, Ser, Vida, Sabiduría, Poder y todo lo que abarque en el pensamiento meramente espiritual referente a Dios.  Él no deja de lado la indagación que tiene sobre los nombres o atributos que el Seudo-Dionisio da a Dios. Es decir, busca concretar el método de conocimiento del ser de Dios, todo esto  lo lleva a cabo con la triple vía para el conocimiento de Dios, pues dice que “pueden considerarse en Dios varios aspectos que, aunque no nos lleven a un conocimiento comprehensivo, nos dejan alcanzar algo de Él abstractiva y analógicamente[3]

Finalmente infiero que el  enamorarse perdidamente de ese Dios misterioso lleva al éxtasis al pensamiento  del ser humano. No se pondrá en duda la credibilidad en Él,  es por eso que la mística, o vía espiritual, se colocaba como el supremo conocimiento de Dios, como se puede ver en Dionisio Areopagita de modo paradigmático,  pero el autor no se limita a explicar el proceso de su conocimiento, además trata de dar a razonar lo que es esa esencia por medio de la de la misma razón. Es importante resaltar la forma  que él utiliza para intentar conocer o llegar a  Dios, ya que es uno de los interrogantes principales de la filosofía y después, de la Teología, tratar de mostrar la existencia de Dios por medio de la razón y cuáles son sus características. Es de considerar que  después de tener una experiencia total y mística de Dios sea imposible expresarlo claramente con el racionalmente humano.


[1] SOTO POSADA, Gonzalo. Filosofía medieval. Ed. Universidad Pedagógica Nacional y San Pablo. 2007. Segunda parte, pp. 353-359.
[2]   Ibíd., p. 356.
[3] Gonzalez Angel, Historia de la filosofía en cuadros esquemáticos, 4º ed., ESPESA, Madrid, 1953, p. 70

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